Las Voces del Lowcountry

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Muchos caminos

<em>Siete vidas, sueños e ilusiones</em><span>, pintura de Félix Baizabal, Pawley Island, Carolina del Sur. A pesar de que Baizabal es daltónico, su arte captura ricos colores y tonos. En este trabajo, están representados los siete miembros de su familia. Sus catorce manos componen una cara que simboliza que todos están unidos a pesar de la separación impuesta por la distancia y el borde fronterizo.</span>

Siete vidas, sueños e ilusiones, pintura de Félix Baizabal, Pawley Island, Carolina del Sur. 

Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá de 1994, las economías de las Américas se han movido continuamente hacia la integración económica. Las barreras comerciales han caído y los productores y transportistas han desarrollado formas más eficientes para mover capitales, mercancías y servicios a través de las fronteras nacionales. El TLCAN y otros acuerdos similares entre los Estados Unidos y otros países latinoamericanos, han sido muy beneficiosos para la industria agrícola y aquellas corporaciones mejor posicionadas para utilizar las nuevas oportunidades ofrecidas por la globalización. En cambio, los pequeños productores agrícolas y los campesinos, han sido afectados negativamente por el TLCAN y dejados a su propia suerte. Muchos de ellos han sido forzados a buscar trabajo fuera de las fronteras nacionales, costeando por sí mismos los gastos del viaje y a menudo violando la ley.

Sin embargo, los tratados económicos internacionales no son la única causa por la que los latinos deciden emigrar. Otros han tenido que abandonar sus hogares debido a la inestabilidad política, la represión de los gobiernos, y las guerras civiles que le costaron la vida de cientos de miles de colombianos, guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses. Miles de niños y adolescentes también han cruzado la frontera huyendo de la violencia perpetrada por las pandillas. Los campesinos y trabajadores que abandonan sus hogares en América Latina enfrentan riesgos enormes para ellos y sus familias. En muchas ocasiones, los resultados de estas travesías han sido trágicos. Estas historias de tragedia y adversidad son inimaginables para la mayoría de los estadounidenses de clase media, pero no son extrañas para los inmigrantes de México y Centroamérica que viven en el Lowcountry. Incluso los profesionales latinoamericanos que llegan a Carolina del Sur con mayor comodidad sufren la separación de sus familias y experimentan sentimientos de alienación social. Los segmentos de entrevistas presentados a continuación reflejan algunas de estas dificultades de índole personal y económica.

<em>Frontera</em><em>,</em><span>&nbsp;pintura de&nbsp;</span>Cornelio Campos<span>, Durham, Carolina del Norte. Esta pintura, simboliza la frontera entre Estados Unidos y México, y las oportunidades y el peligro que se presentan al que cruza.</span>

Frontera, pintura de Cornelio Campos, Durham, Carolina del Norte.