Lourdes cuenta que encontró una manera de usar sus talentos dando clases de Zumba en la clínica de mujeres de Our Lady of Mercy Outreach y en la biblioteca pública de Johns Island. En sus clases, mujeres de la comunidad de diversas procedencias se encuentran y comparten un momento especial. Lourdes presta este servicio sin recibir compensación monetaria alguna.
Lourdes: Bueno, me costó el tema de aprender el idioma, eso, el tema de no salir a la calle como tranquila por el tema de la licencia, eso que yo siempre como que—una vez fui, intenté rendir pero cuando vieron que mi visa ya estaba por expirar me sacaron la licencia y yo estaba todo ese año con ese—no sé si, al principio era temor pero ya después empecé yo como a confiar como en Dios, cada vez que salgo.
Eso y después, otros temores, hubo un tiempo en que me daban miedo los morenos, no se si te conté que había visto que habían visto que habían entrado a una casa a robar y me daba—hasta el día de hoy, no es que yo tenga, sé que hay gente buena, entendés, pero sé que hay otra gente que no es tan buena y a veces me da temor, eso. Y—qué otra cosa—no sé—
Marina López: ¿Cómo fue que superan todos esos miedos, esas barreras, cómo fuiste superando el tema del idioma, cómo fuiste superando el miedo de moverte, cómo saliste adelante con todo eso?
L: Bueno, el tema del idioma, empecé ir a lugar a aprender a hablar inglés. Al principio, cada vez que tenía que hacer algo iba con mi hermana Andrea que me acompañaba, pero ya de a poquito, cuando fui aprendiendo—no hablo perfecto inglés pero sí me puedo defender, entendés, y eso también me ayudó a aprender un poco más inglés, me ayudó también como insertarme un poco más en esto, en no estar tan así. Igual, nunca—¿Cómo te podría decir?— cuando apenas llegué, yo ya estaba trabajando, también estaba embarazada de Lauti y tenía siete meses y conseguí un trabajo y empecé a trabajar.
ML: ¿Qué estabas haciendo?
L: Limpiábamos unos consultorios que eran, médicos creo, con otra chica, y después de eso—siempre trabajé, hubo un tiempo nada más que no trabajé, que fue ese tiempo que estuve con la depresión y no estaba bien, pero siempre que pude estuve haciendo algo.
ML: Y me decías que habías empezado a estudiar inglés, y saber inglés te había ayudado a insertarte más, ¿Insertarte en qué?
L: En—en el tema de cuando llevaba a mi hijo al doctor,—Pido ayuda, Andrea me decía, “Te voy a llevar” ella, “No, voy sola”, y como puedo le explico médico y el médico me entiende. Antes tenía—elegí a un médico que hablaba sólo español, ahora no, cambié por el médico que habla inglés, porque me gusta más y me siento más cómoda con ese médico a pesar de que habla inglés, ¿Entendés? Después—qué otra cosa—bueno, inscribirme en los gimnasios, a pesar de que no hablo re bien inglés, pero sí poner un gimnasio y hacer las cosas que me gustan, y a veces hasta hablar con la gente ¿entendés? y la gente me entiende en inglés. Eso también, poder hacer las cosas que me gustan, o también—me acuerdo cuando el Lauti era chiquito, con el Diego decidimos llevarlo a un lugar que se llama Little Gym, que también eran todos gente americana y yo y Diego íbamos ahí, y bueno, como que nos fuimos insertando también en las cosas de acá, ¿Entendés?
ML: ¿En dónde aprendiste inglés?
L: Aprendí primero—en la Dorchester había una iglesia ahí, que iríamos a ese, no me acuerdo de ese lugar, cómo se llamaba, pero sí era—
ML: ¿No era ese que estaba enfrente de la escuela Goodwin?
L: Yo creo, era una iglesia que está por la Rochester antes de llegar al Mudway, que es un lugar que venden—
ML: Uh-huh.
L: Bueno, ahí, fuimos, primero a aprender a hablar ahí, que habia una chica que se llamaba Sara, que después ella ya estaba en las monjitas [Our Lady of Mercy Outreach] también.
Y bueno, y después en las monjitas, hasta el año pasado estuve ahí estudiando, descubriendo, primero iba todos los días, ya después como no pudimos ir todos los días, iba martes y jueves o lunes y miércoles.
ML: Y Lautaro iba con vos.
L: Lautaro iba conmigo. Bueno, y también eso, Lautaro, cuando empezó a ir a Head Start , él empezó a hablar más inglés, nosotros también empezamos como a—también—a tratar de hablar más inglés por él, y después con el tema de la escuela también. Diego habla mucho más que yo porque desde que llegó siempre trabajó con un jefe que es americano entonces, y donde trabaja en las casa que trabaja siempre hay gente que es americana y habla inglés.
Entonces, entre los dos hacemos algo.
(Risas)
ML: Se van defendiendo. Y con esto de—no solamente el inglés de tu vida social también se ha ido expandiendo. Cóntame.
L: Sí. Bueno—cómo empiezo—después de—
ML: Como quieras.
L: Sí, también, como que desde que, no sé si del inglés pero, como que después de eso, como que me empecé a tomar más coraje para poder hacer las cosas que a mí me gustaban, por ejemplo, cuando me ofrecieron dar clases en las monjitas, empecé dando clases para embarazadas y ya, después me ofrecieron dar clases para señoras, también empecé, y bueno.
ML: Cóntame como fue eso, ¿Eso te ofrecieron o te ofreciste?
L: Yo creo que me parece que me ofrecí, ¿Verdad?
(Risas)
L: Me ofrecí, eso, me ofrecí a dar clases ahí.
ML: Contame, explica un poco más cómo es, que es el programa de las monjitas y cómo fue que se te ocurrió hacer esto.
L: Bueno, en esta clínica, es un programa para personas de bajos recursos sería, entonces ayudamos en el tema de lo que es ginecología, embarazos y aparte, la parte de dentista. Y como yo ya iba ahí a aprender inglés, me pareció que era una buena idea poder hacer algo también por esas personas que van ahí porque, a veces yo considero que las mujeres acá, cuando vienen—más en las latinas—cuando vienen acá a Estados Unidos, sé de más que están todo el día trabajando, trabajando y nunca tienen un espacio para ellas, o tiempo para ellas.
Y entonces empecé a presentar como un proyecto para dar clases para embarazadas, clases o ejercicios de relajación, ejercicios de yoga, y ya después como eso—
ML: ¿Qué quiere decir que presentaste un proyecto?, ¿Qué tuviste que hacer para eso?
L: Bueno, de lo que yo sabía, de mi estudio, armar como un bosquejo, ¿Sí?, primero empecé en eso, como un bosquejo de lo que yo quería hacer de dar clases, y una vez que me dijeron que sí, ya armé un proyecto que era como ver que, cuáles eran—lo que yo quería hacer—los objetivos de lo que yo quería hacer, y cuáles eran lo que yo iba a hacer en las personas que estaban ahí. Y empecé, ya después empezaron a ir otras personas o señoras, ya empecé a hacer clases para embarazadas una hora, y después clases para señoras, al principio solamente gente latina, ya después empezaron a ir gente americana también, y bueno, al principio me costó porque era como empezar otra vez todo de vuelta pero en realidad lo hacía como hago todas las cosas que me gustan, con todo mi amor, sinceramente, porque es algo que realmente me encanta hacer.
Entonces, sí tenía temores, pero lo hacía con todo y preparaba las clases porque sabía que era lo que a mí me gustaba.
ML: ¿Qué te daba miedo?
L: No sé, me daba miedo, primero, como la reacción de las personas o si les gustaba lo que yo hacía, porque algunas personas que iban ahí, jamás en su vida antes habían hecho nada, ¿Entendés?
ML: ¿Nada de ejercicio?
L: Nada de ejercicio, entonces me daba miedo que no les gustara o miedo que no les gustara mi manera de ser, pero bueno. Como te digo, yo siempre intenté dar lo mejor, y siempre doy lo mejor cuando doy una clase. Y después cuando empezaron a ir estas personas americanas, me daba miedo el tema del idioma pero, no era tampoco un temor del todo porque me veían a mí, los veía así y—
ML: Te copiaban—
L: Me copiaban. Y así, de a poquito me fui como, insertando más. Después me empezó a gustar el tema esto de zumba, entonces empecé a ir más a las clases de zumba, y—bueno, conociste a Prisca que ella sabe que me encanta, entonces ella me invitaba a más lugares donde hacían zumbathon y entonces, yo voy a esos lugares y la mayoría—como te digo—son americanas pero me engancha y me gustan esas cosas.
Y, dejé un tiempo—después de tenerlo a él, porque estuve dando clases como hasta los ocho meses con él, a pesar de—
ML: —Nazareno, ¿No es cierto?
L: Uh-huh, Nazareno, Nazareno. A pesar de que tenía a mi hermana y María y todo el mundo que me decían que no, pero yo estaba bien, me sentía re bien. Es que, con Nazareno me pasó igual que con Lautaro, todo el embarazo perfecto y lindísimo, a pesar de todo lo anterior que me habia pasado.
Y, entonces, me sentí que de que estaba bien, no tuve ningún problema, hasta cuando él nació decidí tampoco usar medicina, y él nació como que nada, como escupido este niñito. Creo que influyó todo ese tiempo el tema de la actividad, y estar saltando casi hasta poco antes de tenerlo a él—qué otra cosa—
ML: Empezaste a hacer el proyecto, estabas pasando como voluntaria a las monjitas, estabas dando clases ahí, te enganchaste con la zumba, ¿Qué estás haciendo con eso ahora?
L: Ok, espérame que—
ML: Ok.
[Ruido de fondo]
ML: Entonces, habíamos quedado que estabas con el zumba, que eso es lo que te encanta ahora, y entonces ¿Qué has estado haciendo con eso?
L: Bueno, empecé a engancharme más en el tema de zumba y de zumbathon, y de así, de a poquito, hasta que es año me ofrecieron, una chica, amiga mía—como ya las monjitas, el programa no querían que lo siguiera, entonces, bueno—
ML: ¿No había lugar para que siguieras dando clases?
L: —Claro. El tema no era que no, lo que pasa es que iba más gente, y el horario que nos habían prestado era un horario en la tarde, no querían que hiciéramos demasiado ruido, porque aparte ahí era una clínica, el tema de bailar y qué sé yo, sí o sí te lleva a hacer un poco de ruido, el tema de la parte de embarazadas sí, porque era más tema de relajación, era más tranqui, pero ya el otro tema era más—Iba más gente, hasta casi antes de terminar, tenía como veinte personas, el espacio era bastante pequeño, entonces, bueno, no nos prestaron más ese lugar.
Aparte las señoras que ya iban ya no querían sólo un día, querían otro día más porque les había gustado, porque aparte de hacer la parte aeróbica, yo hacía ejercicios localizados, teníamos las pelotas esas, teníamos unos weights, hacíamos trabajos en el piso de abdominales entonces ellas se sentían bastante bien y les gustaba a las mujeres que iban.
Después de tener a Nazareno intenté volver a ir pero no, no hubo—y una chica me ofreció, me dijo, “Mira, en la biblioteca hay un espacio, podemos ir a ver si nos prestan ese lugar”, en realidad ella fue, porque ella estaba interesadísima que yo siguiera dando ahí las clases, entonces ella fue, preguntó y me dijo, “Lourdes, ya está todo listo”.
(Risas)
L: La semana que viene, a dar clase. Me acuerdo que esa semana yo estaba con un dolor de lumbalgia, de la espalda, porque como estaba dándole pecho a Nazareno y hacía—me acuerdo que fue el médico, el doctor me dijo que era normal, por eso. Pero te digo, del entusiasmo que yo tenía empezar, creo que se me fueron todos los dolores y todo, entonces empezar otra vez con esto.
Y ahí sí, empecé a dar al principio—bueno, me acuerdo la primera clase, yo pensé que no iba a ir nadie, cuando quise acabar ya habían como quince, veinte personas en la clase, porque entre ellas habían estado avisando, habían puesto ya—en Facebook—habían puesto, entonces—
ML: La persona que te consiguió el lugar en la biblioteca habia puesto en su Facebook—
L: Uh-huh, en su Facebook habia puesto que empezaba a dar clases.
(Risas)
L: Y, bueno, yo así creo en enero, como en febrero empecé, han de ser como cuatro, cinco veces que estoy dando clases ahí.
Después que empecé a dar clases, dije, “No, si estoy dando clases, tengo que mejorar lo que estoy dando”, entonces, el año pasado no podía—no pude hacer un instructurado porque Nazareno estaba chiquito y a veces—el tema del instructorado es que si yo, a veces hay que sí consigo—como esta vez que vinieron acá a Sur Carolina y, hicieron acá en Charleston, pero hay veces que me tengo que mover a otro lado para hacer el instructurado, entonces, bueno, hace un mes atrás hice el primer instructorado, que sería lo básico, y de ahí voy a seguir haciendo otras cosas.
Y bueno, y ahora en las clases ya, hay veces que tengo como treinta personas, que también, el espacio ya hasta nos queda chiquito. Doy los lunes y los miércoles ahí.
ML: En la biblioteca de Johns’ Island, ¿Verdad?
L: —De John’s Island, uh-huh, de seis a siete de la tarde, y los sábados, ahí lo doy como gratis. Y los días Sábados, en el parquecito de John’s Island, ahí doy también clases, pero ahí es como un poco de todo, como tenemos más espacio, yo puedo llevar los elementos que tengo, entonces me voy con un poco de zumba, un poco de localizada, y hacemos como casi diez o quince minutos de relajación.
Y ahí sí, le cobro a las personas como siete dólares por persona. En realidad no es tanto por lo que cobre, sino porque hay veces que como yo vivo poco lejos por la nafta, a veces me pasa también que los días sábado—Lautaro me lo puedo llevar, pero Nazareno, es un lugar al aire libre o cuando hay mosquitos, una cosa u otra—te digo, trabaja—entonces tengo que pagarla a alguien para dejarlo, para que me lo cuide.
Y, eso también como que me devolvió las ganas de—no sé si, no de vivir—yo tengo ganas de vivir hace un montón de tiempo, pero sí de hacer lo que me gusta, ¿Entendés?, y me he puesto las pilas con eso, trato de todas las semanas buscar algo nuevo, soy de esas personas que no me gusta llevar siempre lo mismo porque no me gusta que la gente se aburra, yo creo que se aburren porque yo me aburro.